Atando retazos de certezas con el hilo de mi intuición, obtuve divergentes que me encaminaron a un aparejo de marañas, destinándome al punto de partida. Confusión. Transité con la curiosidad por norte, llevando un manojo de dudas abiertas como rosas que empiezan a engalanarse. La historia no cambió, se repitió con potenciación al infinito. Hoy, transita por mis días como gota de aceite escurriéndose por una cuerda llena de tubérculos.
Epílogo:
Todo fue un error hasta mediados del siglo XX. Como átomos formados por diminutos vórtices que absorben y emiten luz.
Carlos H. Barillas Niederheitmann.
Diciembre, 23 del 2012.
A las 0:08 (Saturno no se rinde).