Ahora que me alejo
y dejo
mi sombra
las luchas
serán
espirituales.
-Ayúdenme a ponerme en pie
que hoy
como ayer, no soy nadie sin
su apoyo…
Por frío o borrascoso
que sea el invierno,
no por eso
anuncia el final.
La vida,
tal como la percibimos,
no declina
en sus muchos ocasos,
son crepúsculos
de nuevos
amaneceres.
-Dónde quedó la clemencia de la memoria
si ya no soy el niño que solía brincar sin descanso...
Los murmullos
viajan como
espectros,
imágenes levantándose
de sus asientos
llegando detrás de la
frontera,
reclamando
ser ánimas curiosas,
indiferentes
a los cuerpos que las
emiten.
La memoria es un puñal clavado en el corazón.
ResponderEliminaresos susurros provocan el grito que desgarra el alma .. cuídate de ellos .
ResponderEliminarUn beso
Los cuerpos se apoyan, los corazones se respaldan y el frío se confunde con el silencio.
ResponderEliminarAbzo
... Y en la memoria tenemos claro los ocasos pero también los amaneceres. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminar"La vida,
ResponderEliminartal como la percibimos,
no declina
en sus muchos ocasos,
son crepúsculos
de nuevos amaneceres."
Siempre hay un nuevo amanecer y un nuevo ocaso.