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miércoles, 27 de agosto de 2014

Maestra del disimulo










Dónde quedó el pacto de lealtad...

No es reclamo, es incógnita,
maestra del disimulo
...decías amarme.

La fidelidad quedó
relegada a los estupores
aletargados del polo norte...

O es que acaso fracasé
en el intento
...de capturar al fantasma.

Aquel de los amores perfectos...

Mientras tú, maestra,
amancebándote con otro.

Aman y se ceban
comiéndose y amándose
en el amancebamiento.

Y en absoluto descaro,
decías pensar en mí
...al consumar el acto.

Los filosofos,
que tanto discurren acerca del amor,
arriban a la dulce nada
fornicando con espectros
de locuras progresistas.

Tarrúo me gritan por ahí,
las voces en mi cabeza.
Casbizbajo asumo mi destino
agarrando a patadas
al primero que se cruza en mi camino...

Ando celoso, como gorila herido.

Amar, es el lado sonriente,
amable de la esquizofrenia,
en un ámbito donde todos
quisieran aprender
a amar con locura para luego
desgarrar sus almas
buscando culpables.

Pero tú, maestra del disimulo tú...

Hiciste de una historia de dos
un triángulo amoroso,
tan fácil como el un, dos, tres,
de los más crueles que han existido.

Me engañaste conmigo mismo,
con el ser oculto
que se escapa por la ventana de mis locuras
y del cual no tengo ningún control,
ni siquiera le conozco.

Bendita sea la barca de la inopia
hasta que no navegue en tempestades.

Ambos, tú y él, se reían de mí
y en mi cara.

Al final,
a quien en verdad amaste fue a él.

Cómo competir contra uno mismo,
es imposible derrotar al yo,
cuando es un infame cobarde
que se esconde entre todas
las personalidades prohijadas,
de quien se pretende ser.

Mi otro yo me tortura,
el oculto a mis ojos,
el escurridizo a mi percepción,
el encantador y detractor de sueños.

Al que siempre amaste...

Ahora me culpas,
me hablas de mis defectos,
dices ser otra
que nunca existió.

Otro gran ejemplo
de una relación parasitaria.
Me comiste las fuerzas
hasta dejarme chupaíto, chupaíto...

!Así, no se puede!

Yo qué siempre amé,
siempre.
Amé.
A la otra tú...


Carlos,
Ago. 2014




6 comentarios:

  1. No merece ni el poema.
    Olvídala para siempre.

    Saludos.

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  2. Bueno, si te engañó sólo contigo mismo aunque con ese "yo" te lleves faltal, al final todo quedó en casa...
    Besos, Carlos.

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  3. Estoy de acuerdo con Toro, ni el poema se merece.

    Un beso.

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  4. Por eso es mejor no amar locamente sino cuerdamente.

    Muy bueno.

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  5. GENIAL, GENIAL, GENIAL... El ritmo del poema, la música de acompañamiento. No hay mucho por decir. Genial atmósfera.
    Un abrazo.

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  6. Bendita sea la barca de la inopia
    hasta que no navegue en tempestades.


    No hay nada peor que la hipocresía de los sentimientos..... si te ha valido de algo el desahogo perfecto si no mejor ni recordar (la)

    ........

    Aída .. yo amo locamente
    jajajaja así me va ( al final tienes razón)

    un beso a los dos

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Agradezco tus comentarios.